El Día Mundial de la EPOC, Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, se celebra el segundo o tercer miércoles de noviembre, dependiendo del año.
Con esta “Celebración” del Día Mundial de la EPOC se busca educar a las personas sobre este tipo de padecimiento e incentivar e implicar a los países para que se involucren en una mejor política de atención para las personas que la padecen.
La EPOC, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, son una serie de padecimientos que limitan en gran medida el flujo de aire en los pulmones. Bronquitis crónicas, enfisema, disnea, producción de esputo y la famosa tos del fumador, son algunas de las enfermedades que se incluyen en esa categoría.
Las enfermedades crónicas conllevan un duelo anticipado ya que nos confrontan con el verdadero significado de la vida porque nos enseñan que es posible perderla.
Transitar en una enfermedad crónica nos hace tener la sensación de que no hemos podido elegir, es lo que nos ha tocado; nadie nos ha preguntado si nos parece bien y lo vemos injusto; es injusto que la calidad de nuestra vida dependa de algo que no hemos elegido.
La pérdida de la salud está asociada a un proceso de duelo y según la clasificación de Elizabeth Kübler-Ross, está englobada dentro de las pérdidas de la vida, donde se incluyen los fallecimientos, las pérdidas de la salud tanto físicas como emocionales y las pérdidas materiales.
Las personas con enfermedades crónicas pasan por 5 fases en el proceso de duelo:
- Negación: la persona niega que lo que le está sucediendo es real. ¡Esto no me puede estar pasando a mí!; ¡seguro que se han equivocado en el diagnóstico!.
- Ira: se expresa por la impotencia ante una situación no elegida.
- Negociación: se hacen tratos con el universo, con Dios, con lo divino… cada uno en función de sus creencias. ¡Si me curo te prometo que hago el camino de Santiago!, ¡si me curo prometo ir a la iglesia todos los domingos!.
- Depresión: cuando la persona asume que no hay solución, que no hay vuelta atrás, entra en depresión; esta depresión es propia del proceso de duelo y no se ha de confundir con una depresión patológica. Puede parecer una contrasentido pero cuando se llega a esta fase es cuando empieza a aceptarse la situación y nos lleva a la siguiente fase, la aceptación.
- Aceptación: en esta fase la persona acepta la enfermedad y comienza su proceso espiritual de sanación y esta claridad nos aporta soluciones para una mejor calidad de vida.
Gestionar el duelo en este tipo de enfermedades nos lleva a la aceptación de la enfermedad, una aceptación activa haciéndonos corresponsables de nuestra curación y no víctimas de la situación.
Sentirse una víctima es hacer del sufrimiento una forma de vida.
Con la gestión del duelo se busca gestionar la culpa, la ira, la desesperanza, el sentimiento de injusticia y se pretende fomentar la esperanza, el amor hacia uno mismo, etc… a través de la gestión de las emociones y tener herramientas para su gestión en el día a día.
Gracias por leerme
Rosa Jiménez – Coach Personal & Duelo